A tenor de la repercusión mediática que ha tenido una anécdota sucedida en el Torneo de Fútbol Base disputado en la localidad lucense de Ribadeo, en la que participaba un equipo Alevín de nuestro Club, al frente del cual estaba nuestro entrenador D. Rafael Cicero Montes, desde la Junta Directiva del Club Deportivo Tropezón queremos mostrar nuestro total apoyo y comprensión hacia nuestro entrenador.
En un club como el nuestro, en el que presumimos de poseer la cantera más numerosa de la Comunidad Autónoma de Cantabria, y donde valores como la humildad, el tesón y el trabajo siempre han sido signos de identidad, no cabe esperar que los encargados de la educación deportiva, y por ende, en parte de la educación personal de nuestros jóvenes jugadores, no tienen cabida comportamientos maliciosos ni antideportivos.
Rafael Cicero Montes, no se ha caracterizado en su trayectoria en nuestro club, precisamente por comportamientos inapropiados, ni con sus propios jugadores, ni hacia sus adversarios deportivos, sino todo lo contrario.
Su pregunta en el Torneo de Ribadeo dirigida hacia la Organización del mismo, aunque prescindible y quizás inapropiada en el momento de tensión que al parecer reinaba, no estimamos que sea motivo suficiente para promover la polémica generada y su posterior repercusión plagada de falsedades, que es lo que queremos poner el tela de juicio.
No tenemos por qué dudar de su comportamiento en el Torneo de Ribadeo, más a tenor de los testigos que así nos lo han asegurado, donde el hecho de haberse dirigido a la Organización del mismo para formular una pregunta o aclarar una duda, discutible o no su temática, se ha convertido en un linchamiento público y mediático de manera totalmente gratuita, que sin duda ha degenerado en un manifiesto daño a su imagen personal, y a la del propio club, incluidos los propios jugadores, que han sido objeto en algunos titulares periodísticos tan dolosos como “EL MAL PERDER DE LOS CHICOS DEL TROPEZÓN: ACUSAN A LA PORTERA CARLA DE SER VARÓN”.
Desde nuestro club, aún seguimos atentos a que “alguien” denuncie en los medios, en las redes sociales, etc., que están acusando a niños alevines de nuestro club, que sólo juegan al fútbol, de un titular tan sensacionalista y propio de prensa rosa, además de falso. Las discrepancias en este asunto, son con su entrenador Rafael, no con menores de edad que tienen derechos que han de ser igual de preservados al menos, en la misma medida que los de Carla Moolenaar.
Nadie, excepto nosotros en este escrito, mostramos malestar por ello.
Sería propio también buena praxis, sobre todo cuando se trata de profesionales de la información, contar a los lectores todos los hechos ocurridos en el contexto de una misma “anécdota”. Es reseñable también que nuestro entrenador fue objeto, con sus propios jugadores menores de edad como testigos, de insultos y calumnias varias, por no mencionar todas y cada una de las que hemos observado en las redes sociales, tanto hacia su persona, como hacia el buen nombre de nuestro Club.
Quizás, es que simplemente en más noticiable el hecho de que un entrenador, por sus dudas, quiera interesarse por el género de un rival, que la catarata de insultos e improperios sufridos en el propio terreno de juego, sumado al descrédito público al que ha sido y será sometido en los medios de comunicación y en las redes sociales.
Desde el Club Deportivo Tropezón hemos echado de menos también, una aclaración por parte de la Organización de Torneo, que corroborase las afirmaciones de la progenitora de la menor, que al parecer ha sido la precursora de las acusaciones en la red, y el posterior eco en los medios de comunicación, o las desmintiese. Todos somos conocedores de lo fácil y gratuito que resulta verter acusaciones en las redes sociales, ante temas tan delicados, más cuando tiene como protagonistas a menores de edad, en la que además algunos medios de comunicación han querido mezclar con las diferencias que al parecer según ellos, hay en el mundo del fútbol en cuestiones de género.