Se disputaba en Santa Ana la jornada 3 de la 2ª Fase de 3ª División que enfrentaba a dos de los mejores equipos del campeonato y que finalizó con tablas en el marcador.
Todo esto, a pesar de que el CD Tropezón se mostró superior a las cayoneses durante prácticamente todo el partido. Ello, no sirvió sin embargo para llevarse el botín de los tres puntos en juego.
No fue un partido en el que el Trope generó ni muchas, ni muy claras ocasiones de gol. Los visitantes aún menos, ya que sólo contabilizamos la del gol, pero el fútbol es fútbol, y hoy le quiso dar la espalda a los intereses del Trope.
La primera para los nuestros corrió a cargo de Javi Delgado, que en el minuto 12 y de testarazo, mandaba la pelota a la derecho de la meta rival.
En el 20, era Adrián Zorrilla el que probaba fortuna desde lejos, para que la pelota no encontrara puerta.
En el minuto 39, el árbitro decretó penalti por unas supuestas manos de un defensor visitante. Del lanzamiento se encargó Juan Fresno, al que Raúl adivinó la trayectoria con una parada de mucho mérito. El rechace lo recogió Javi Delgado para mandar el balón al fondo de la portería y llevar el delirio a las gradas.
Volvería probar fortuna Javi Delgado en el minuto 43, pero su chut salió excesivamente desviado.
No hubo tiempo para más y los jugadores encararon el camino de los vestuarios con las espadas en todo lo alto.
Con la inmejorables expectativas del Trope, que llevaba ventaja en el marcador, y las inexistentes llegadas a la meta de Iván por parte de los de Luis Fernández, las cosas pintaban bien. Más, si tenemos en cuenta que los visitantes se quedaban con un hombre menos sobre el terreno de juego, al ver Estrada la segunda amonestación, completamente innecesaria por donde y como se produjo.
El fútbol se desarrollaba en la medular, con escasas llegadas a las áreas por parte de ambos conjuntos.
Todo ello a pesar de que Perujo fue una auténtica pesadilla para los rivales durante todo el tiempo que estuvo sobre el terreno de juego.
En el minuto 65, llegó el gol de los de Sarón, después de una imprecisión en defensa, que habilitó a un delantero para chutar a gol con todo a su favor, obligando a Iván a hacer realizar una intervención de muchísimo mérito. Lo que no pudo evitar es que el balón llegara a las botas de Miguelín, que llevo las tablas al marcador.
A partir de eso momento, se jugó a lo que más les interesaba a los contrarios, sabedores del gran premio que se les brindaba cuando peor lo tenían. Las interrupciones en el juego se volvieron constantes y tediosas, con un Trope que no puedo o supo solventarlas de ninguna de las maneras.
Ni siquiera los hombres de refresco que Gómez introdujo en el terreno de juego surtieron esta vez efecto, y el partido estaba abocado a las tablas a pesar de ser el Trope el que propuso más.
